Para Pascua de Resurrección en todos los pueblos del Valencia se fabrica una variedad del “pan-quemado” que simboliza que la cuaresma y sus abstinencias ya se han terminado. A este producto lo conocemos con el nombre de “mona de Pascua”. Que se prolonga hasta la Pascua de San Vicente Ferrer.
La "mona de Pascua" y su leyenda
La elaboración de “la Mona de Pascua” es similar a la del “pan-quemado”, si bien, es habitual darle una forma atractiva a la vista. Es un bollo elaborado con harina, huevo, azúcar, aceite y sal, y se debe dejar en reposo antes de la cocción.
Cuenta la leyenda, que en época musulmana había una princesa que estaba enferma, y pensaban que iba a morir. Como había perdido el apetito, le trajeron alimentos muy apetecibles: frutas, dulces… pero nada conseguía que la enferma comiera.
Un día llegó una mujer que tenia de mote “Mona”, y le ofreció este dulce, que, como estaba recién horneado olía muy bien, la princesa lo probó, y tanto que le gustó, que se lo comió todo. A partir de este momento, la princesa sólo comía este dulce, y empezó a mejorar. En honor a la mujer le llamaron “Mona”.
Al margen de la leyenda, el nombre viene de la palabra árabe “munna” o “mouna” y que significa “provisión de boca” y es el regalo que se preparaban los moriscos para sus señores.
Aunque, como es natural, todo ha cambiado, la tradición es que o bien los padrinos, o los abuelos, sean los que regalen “la Mona” a su ahijado/a, el Domingo de Pascua, colocando en ellas el mismo número de huevos que años tenga el niño.Esta tradición se realizaba hasta su primera comunión o cumplidos los doce años de edad.
También se han ido cambiando y modernizando las formas de “la mona”, pasando del simple roscón a la presentación de las más variadas y atractivas formas: cocodrilos, búhos, lagartos, ovejas, serpiente, etc., con el fin de hacerlas más atractivas para los niños.