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lunes, 13 de julio de 2020

7H Cuestiones dinásticas, Dos Aguas Valencia

 Doña María de los Dolores Sancliment, Marquesa de Serdañola, había accedido al título como VI Marquesa de Dos Aguas por su condición de bisnieta del III Marqués de Dos Aguas, pero que D. Giner María del Rosario Rabasa de Perellós y Palafox, V Marqués de Dos Aguas, a su muerte sin descendencia, había firmado un testamento dejando como heredero universal a D. Vicente Dasí Lluesma.
D. Vicente Dasí Lluesma, nacido en el castillo de Bétera (1825-1893), se trasladó muy joven a estudiar a Madrid y fijó sus aspiraciones en la vida pública dedicándose a la carrera política. Fue designado Senador por la Provincia de Valencia, y el General Narváez, jefe del gobierno con Isabel II, le honró con el cargo de Senador Vitalicio en 1864 de acuerdo a los méritos contraídos. Los movimientos revolucionarios de 1868 que acabaron con el reinado de Isabel II, e instaurando un gobierno provisional, le obligaron a exiliarse a Francia e Italia para volver a España en 1872 con la restauración borbónica.
Según cuenta la historia, Vicente Dasí Lluesma era hijo natural de D. Giner Rabasa de Perellós y Palafox, V Marqués de Dos Aguas, y es por esta razón que en la redacción de su testamento le deja como único heredero. Como después de su muerte en 1843 había accedido al título de VI Marquesa de Dos Aguas su, teóricamente, sucesora por línea familiar, Doña María de los Dolores Sancliment, al conocerse el testamento D. Vicente Dasí se ve obligado a pleitear para obtener el derecho a sus propiedades.
Al cabo de varios años recibe las propiedades del marqués y el título nobiliario, título al que accede en 1851 como VII Marqués de Dos Aguas (1851-1893); por los años que estuvo al frente de la titularidad del marquesado, la historia reconoce a Doña María de los Dolores el título de VI Marquesa de Dos Aguas (1843-1851).
El nuevo marqués recibe en herencia el marquesado lo que, junto a su gran fortuna particular le convierte en uno de los hombres más ricos del Reino; pero en la sentencia también se decide que D. Vicente Dasí no tiene derecho a usar el apellido, con lo que con este personaje se extingue el linaje de los Rabasa de Perellós. También, la transmisión mortis causa seguía normas muy rígidas, y el reconocimiento del título implicó la pérdida de la Grandeza de España al que estaba ligada.
El pueblo valenciano de la época, cuando quería poner un ejemplo de opulencia o de aristocracia realizaba la siguiente comparación: "noble cómo el Marqués de Dos Aguas, rico cómo el Marqués de Dos Aguas ".
Con el claro objetivo de hacer ostentación de su nueva posición, entre 1862 y 1867, antes de ocupar su nueva posesión, realiza una segunda y espectacular reforma del Palacio, en la que se modifica, principalmente, la decoración ornamental del interior y exterior, dotándolo del aspecto general que ofrece actualmente.
La inauguración de la nueva reforma del Palacio fue realizada el 17 de mayo de 1967 coincidiendo con un gran baile al que acudieron las personas más importantes de Valencia y Madrid.
Pasaron los años y, tras la defunción de la IX Marquesa de Dos Aguas, Doña Rosalía Moreno, su viudo, Don Guillermo de Casanova y del Vallés, II Marqués de Galtero, desmanteló el Palacio de Valencia vendiendo parte del patrimonio que, dado su conocimiento público, despertó rápidamente el interés de anticuarios y coleccionistas facilitando su dispersión, por lo que una parte importante de este se encuentra repartido por diferentes museos norteamericanos.
No acabarían aquí los conflictos sucesorios para los marqueses de Dos Aguas.
Doña María de Rojas y Cárdenas, hija de D. Rafael de Rojas y Dasí, XII Marqués de Dos Aguas (1959-1982), como aspirante al marquesado, solicitó al Supremo la nulidad de la distribución realizada por su padre en un testamento firmado el 4 de octubre de 1974, apelando al cambio legal aprobado en 2006 que establece la igualdad entre los hombres y las mujeres en la sucesión de los títulos nobiliarios, y advirtiendo de su condición de primogénita como " mejor derecho genealógico " para disfrutar de los tres títulos frente a sus dos hermanos.
Don Rafael, había otorgado los títulos de Marqués de Dos Aguas y Marqués de Lgorfa a su hijo Pascual de Rojas y Cárdenas, y el de Vizconde de Bétera a su hijo Rafael.
Según se recoge en la sentencia del Alto Tribunal en el 2011, se da validez al reparto establecido en 1974, según lo establecido en un real decreto de 1912 que justificaba la preferencia de los hombres frente a las mujeres, y que era la realidad de la época. En el fallo se explica que la ley que establecía la igualdad niega toda retroactividad para todos los supuestos en los que los títulos estuvieran consolidados en julio de 2005.
Además los magistrados destacan que los dos demandados ostentan los títulos desde 1983 y 1985 y que, "en el supuesto objeto de este recurso, los demandados tenían consolidadas a la fecha de interposición de la demanda hacia nada menos que veinticinco años. La posesión de los títulos se les concedió en base a la legislación vigente en el momento de la apertura de la sucesión, es decir en el año 1982 cuando falleció el padre de los litigantes".
Así pues, Don Pascual de Rojas y Cárdenas es reconocido, desde 1982 hasta la actualidad, como el XIII Marqués de Dos Aguas
 7H Cuestiones dinásticas, Dos Aguas Valencia
Relatos de un sueño  Por Juan Antonio Maceda Alonso