Serie de POSTALES de DOS AGUAS (Valencia) que encandilan.
A través de los tiempos el candil se convirtió en un utensilio casi imprescindible sobre todo para los pueblos humildes.
En la antigüedad teníamos la lámpara llamada lucerna que fueron evolucionando hasta el típico candil metálico con uno o varios picos y que se sujetaba con una varilla de hierro para poder colgarlo. Dentro de él se ponía otro más pequeño o candileja, que servía de depósito para el aceite. Y funcionaba con una mecha o torcida principalmente de algodón cuya punta salía por el pico y al encenderse iba absórviendo el aceite y daba luz. Pero en 1780 fue sustituido por la lámpara de Argand y luego por la lámpara de queroseno, y así hasta la llegada de la electricidad.
A través de los tiempos el candil se convirtió en un utensilio casi imprescindible sobre todo para los pueblos humildes.
En la antigüedad teníamos la lámpara llamada lucerna que fueron evolucionando hasta el típico candil metálico con uno o varios picos y que se sujetaba con una varilla de hierro para poder colgarlo. Dentro de él se ponía otro más pequeño o candileja, que servía de depósito para el aceite. Y funcionaba con una mecha o torcida principalmente de algodón cuya punta salía por el pico y al encenderse iba absórviendo el aceite y daba luz. Pero en 1780 fue sustituido por la lámpara de Argand y luego por la lámpara de queroseno, y así hasta la llegada de la electricidad.