Nos dijeron, bienvenidos, bienvenidos, tomad, vestid vuestra libertad.
Ahora podéis elegir la casa que queráis,elegiréis casa con balcón,
ventanas sin rejas
y la suprema elección :
será en una calle empinada que ofrezca gran libertad.
Nos recibieron con las manos extendidas,
llenaron nuestras alforjas de derechos y promesas de promesas.
nos recibieron con las manos extendidas.
Los brazos eran cadenas,
y las manos eslabones de alegría
y nos dijeron vestid, vestid vuestra estrenada libertad
y la libertad era una palabra
y la palabra una casa grande que anidaba la felicidad.
Nos recibieron y nos mostraron el camino;
caminamos sin descanso durante días,
durante noches, año tras año.
El camino conducía a una pequeña colina,
cuando nos dimos cuenta, ya estábamos allí, en el pueblo otra vez.
Y afortunadamente pudimos elegir con libertad
nuestra casa junto al Castillo y anidar con felicidad.
P-11.Dos Aguas (Valencia): ¡Qué más pueden pedir!